matando el tiempo...
De pequeño me encantaban los dias de lluvia. Al cesar ésta siempre quedaban charcos multiformes en las roderas de coches, tractores, bicis y en las huellas de botas y zapatos. Me gustaba abrir carriles, con un palo, entre los huecos cubiertos de agua y ver como ésta pasaba de uno a otro. Así pasaba el tiempo muerto. Bueno, son cosas que solo haces de niño, cuando los ojos son lupas y el tiempo algodón de azúcar.
Pues así os lo cuento, tan bonito como ha estado hoy dándome vueltas en la cabeza (y por eso lo escribo, también, y porque estaba el dia nublado, supongo) y tan lejano... En el tiempo, porque tengo poco pelo del de entoces y en el espacio porque estoy lejos de mi pueblo. Aunque estuve este verano, con otros resultados...
Por otra parte, mi vecino argelino me ha pedido prestados 10 euros, he ido a dárselos más tarde y un amigo suyo me ha abierto la puerta, con él de fondo, rezando sobre una alfombra y mirando a la Meca (¿no?). Me he cortado mucho, aunque ellos no le han dado importancia. La postura tenía hasta gracia.
Después, la casa se me vino encima y he llamado a mis contactos en Vetusta, que es donde vivo ahora. Los N estaban un poco desanimados (con razón, pero muy inusual en ellos). Además el hombre estaba semicojo por un accidente y he paseado con el otro N (la mujer) y con una mascota pequeña que tienen (la perra). Después una caña con otro contacto aquí (y no hay más) y hemos hablado de cosas que ni siquiera sonaban trascendentes, bebiendo un tubo y rodeados de pies negros en un bar donde abundan (y al que siempre voy con los N, menos hoy)
Luego el 33 al trabajo porque el 25 no llegaba...
Pues así os lo cuento, tan bonito como ha estado hoy dándome vueltas en la cabeza (y por eso lo escribo, también, y porque estaba el dia nublado, supongo) y tan lejano... En el tiempo, porque tengo poco pelo del de entoces y en el espacio porque estoy lejos de mi pueblo. Aunque estuve este verano, con otros resultados...
Por otra parte, mi vecino argelino me ha pedido prestados 10 euros, he ido a dárselos más tarde y un amigo suyo me ha abierto la puerta, con él de fondo, rezando sobre una alfombra y mirando a la Meca (¿no?). Me he cortado mucho, aunque ellos no le han dado importancia. La postura tenía hasta gracia.
Después, la casa se me vino encima y he llamado a mis contactos en Vetusta, que es donde vivo ahora. Los N estaban un poco desanimados (con razón, pero muy inusual en ellos). Además el hombre estaba semicojo por un accidente y he paseado con el otro N (la mujer) y con una mascota pequeña que tienen (la perra). Después una caña con otro contacto aquí (y no hay más) y hemos hablado de cosas que ni siquiera sonaban trascendentes, bebiendo un tubo y rodeados de pies negros en un bar donde abundan (y al que siempre voy con los N, menos hoy)
Luego el 33 al trabajo porque el 25 no llegaba...
0 comentarios