Alza la voz y protesta, si puedes
Viernes, 10.30 pm. Yosoyesa llega a casa reventada, cabreada y afónica. ¿Acaso viene del cine, y lo que pasa es que no le ha gustado la película? No. ¿O es que viene de bailar toda la noche del jueves y todo el día siguiente y le duele un juanete? No. Ya sé, viene de la Casa Encendida, del concierto al que ha ido con Cantamañanas, y está cansada y afónica de bailar y cantar. Tampoco. Yosoyesa llega de levantar el país; de sudar como un pollo porque le habían dicho que hacía mucho frío en la oficina y que se abrigara; de gritar como una condenada para que seis niños seis le hicieran un poco de caso, a pesar de que estaba ronca y debería haber estado todo el día calladita; de improvisar cosas porque nadie había pensado cómo había que hacerlas; de dar charleta a un señor aburrido cuando su trabajo no es ése; de comerse un marrón que no es suyo; de dar plantón a Cantamañanas porque a la hora del concierto aún estaba en reunión de crisis total; en definitiva, llega de una dura jornada laboral que presiente que va a ser la primera de muchas más en las que se van a repetir una y otra vez los mismos malos momentos.
Por cierto, Yosoyesa sigue malita en su casa. Menos mal que está su fruto seco para cuidar de ella, hacerle la camita, la comidita y comprarle el periódico y las revistas necesarias para pasar un fin de semana digno encerrada en casa. Y el lunes, es decir, mañana, vuelta a la tortura. Espero tener voz para poder protestar.
Por cierto, Yosoyesa sigue malita en su casa. Menos mal que está su fruto seco para cuidar de ella, hacerle la camita, la comidita y comprarle el periódico y las revistas necesarias para pasar un fin de semana digno encerrada en casa. Y el lunes, es decir, mañana, vuelta a la tortura. Espero tener voz para poder protestar.
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Amber -
Cantamañanas -