¿Es ahí la fiesta?
Llevaba todo el día nerviosa sin saber qué es lo que debía hacer, si ver Los 80 o La Granja. Ambas cosas me daban un poco de pereza, la primera porque me la veía cutre cutre -como así se ha confirmado- y la segunda por Terelu, para qué nos vamos a engañar. Pues tantos nervios para nada, porque cuando llegué a casa Amber me propuso ir a tomar un vino con un amigo suyo, y allá que nos fuimos.
Tomando la primera su amigo nos contó una historia de amor/desamor en primera persona a la que yo personalmente le veo mal final. Yo, para animar la cosa, me puse unos zapatos rojos que me había regalado Diana porque a ella le hacían daño, y parecía Dorothy la del Mago de Oz. Cuando nos despedimos, Amber y yo no pudimos resistir la tentación de tomar la última, porque además esta mañana se iba ya para su segunda casa y no nos vemos ya hasta la primera expulsión. Me quité los zapatos, porque iba dando tumbos (nunca me acostumbraré a andar con tacones), y nos fuimos por ahí. Cuando nos echaron del bar y nos íbamos ya para casa, pasamos por debajo de un balcón la mar de animado, y, cómo no, nos subimos a la fiesta.
Cuando nos abrieron la puerta nos sentimos fatal, y confesamos ser unos intrusos. Aún así nos trataron muy bien, y nos invitaron a tomar lo que quisiéramos. Volvimos a sentirnos mal cuando nos pidieron nuestro regalo (era un cumpleaños) para darlos todos a la vez, y prometimos llevarle uno otro día. Bebimos, comimos tarta, hicimos amistad con el del cumple y con algún que otro intrusillo, y nos despedimos cortesmente. Al llegar a casa nos despedimos hasta el jueves que viene. Esperemos que cuando vuelva pueda subir a ver GH a su casa en ascensor. Que siempre llego asfixiada.
Tomando la primera su amigo nos contó una historia de amor/desamor en primera persona a la que yo personalmente le veo mal final. Yo, para animar la cosa, me puse unos zapatos rojos que me había regalado Diana porque a ella le hacían daño, y parecía Dorothy la del Mago de Oz. Cuando nos despedimos, Amber y yo no pudimos resistir la tentación de tomar la última, porque además esta mañana se iba ya para su segunda casa y no nos vemos ya hasta la primera expulsión. Me quité los zapatos, porque iba dando tumbos (nunca me acostumbraré a andar con tacones), y nos fuimos por ahí. Cuando nos echaron del bar y nos íbamos ya para casa, pasamos por debajo de un balcón la mar de animado, y, cómo no, nos subimos a la fiesta.
Cuando nos abrieron la puerta nos sentimos fatal, y confesamos ser unos intrusos. Aún así nos trataron muy bien, y nos invitaron a tomar lo que quisiéramos. Volvimos a sentirnos mal cuando nos pidieron nuestro regalo (era un cumpleaños) para darlos todos a la vez, y prometimos llevarle uno otro día. Bebimos, comimos tarta, hicimos amistad con el del cumple y con algún que otro intrusillo, y nos despedimos cortesmente. Al llegar a casa nos despedimos hasta el jueves que viene. Esperemos que cuando vuelva pueda subir a ver GH a su casa en ascensor. Que siempre llego asfixiada.
4 comentarios
yasmin -
Amber -
yosoyesa -
Mme. Dos Rombos -