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Angyal!

Angyal! Después de un momento tenso entre K y yo (en realidad, el único de todo el viaje) nos perdimos buscando un tranvía al centro de Budapest. Preguntamos a un ángel con discman y a un chico en bicicleta que apuntaba hacía el río y repetía la palabra Duna y allá que nos fuimos.

Las vistas nocturnas desde cualquier puente u orilla del Danubio son espectaculares: preciosos edificios iluminados, testigos de un pasado más glorioso, barcos y amorosas parejas paseando. Si se conoce como el París del Este. Seguimos paseando entre hermosos hoteles art-deco, plazas, avenidas y vida nocturna, pegados a un mapa.
Comimos en un Mc Donnalds (lo único abierto a esas horas: nos lo dijeron unas chicas semitrompas y ultramajas) y encontramos la disco Angyal, oculta en un barrio muy tranquilo. Dentro era la locura: arriba, un café con escenario bastante tranquilo y, abajo, chicos tremendos sin camiseta bailando y bebiendo copas. Creedme: eran los chicos más guapos que nunca he visto, como un sueño erótico, un poco irreal: gente perfecta.

Y esto te lleva a: a) euforia y/o b) ¿Qué hago yo aquí? Mi ventaja en los viajes es que todo me da igual y unido al cansancio tremendo de todo el dia en tren, etc… ¡a beber y a bailar! Mención aparte merecía el camarero: físicamente más normal, pero con la sonrisa más sincera, encantadora y dispuesta para cada cliente, tan difícil en un sitio hasta los topes… Solo por él, aquello era lo más cercano al cielo.

Curiosamente la gente nos miraba. Un chico se dirigió a K, fascinado por su barba y nos hartó enseguida con estupideces varias y sus principios de borrachera. Era estudiante y modelo, aunque lo único bueno eran sus ojos ¡negros! Lo invitamos a una copa y nos escapamos lejos.

En la pista, los torsos desnudos bailaban house y, por fascinación y desidia, miré a uno, tremendo, tipo eslavo. K y yo dimos una vuelta por la antesala del darkroom y apareció el chico. Se metió dentro y lo seguí. Aunque se podía ver, me despisté mucho al entrar y alguien me tiró del brazo: era el. No podía creerlo, de verdad, así me fue. Después de unos besos y tal me preguntó qué me gustaba y yo, ingenuo, le dije que él. El: “This is a special night for me and I need someone to match with”. Entendedlo como queráis, pero creo que solo me estaba preguntando si yo era activo o pasivo. Si ya soy bastante lelo en estos temas, imaginadme allí y con tal maromo. Así que me agobié y salí corriendo. Durante un buen rato el chico se hizo el encontradizo por la disco pero yo estaba tan avergonzado que escapaba como podía. Total: perdí la ocasión de liarme con un chico, de esos que es imposible estar en un mismo espacio con ellos sin empalmarse (y hay muy pocos: pensad en alguno o alguna)

Bueno, que el resto estaban muy majos, sonrientes y abiertos y la pista bullía de gente con ganas de pasarlo bien.

Ya éramos menos cuando ví a otro, moreno, cuerpazo y con unos ojos oscuros increíbles, creo que de origen turco. Estábamos hablando cosas básicas y, sin avisar, escapó hacia la salida. Me quedé muerto, pero al minuto apareció indicándome por señas que lo siguiera. Pues eso, que nos entendimos perfectamente en un baño y además llevaba un perfume muy rico, pero me corté de preguntárselo. Nos despedimos rápido y mal y salí en busca de K, que estaba en el café con un chico. Itzvan me cayó mal, como cualquier veinteañero que va de moderno y sarcástico (a él tampoco le hacían gracia mis ironías). Se había tomado una rula y le gustaba K, pero apenas podían hablar y agradeció que yo estuviera como traductor (en broma sugirió que me fuera con ellos a casa, desesperado con el inglés de K).

Bueno, nos llevó a un bar (ya eran las 7) donde había chaperos inmensos, aburridos y dándose masajes en la espalda entre ellos. Hablamos de mil cosas, muchas risas con el malentendido entre hungary y hungry (que suenan igual) y taxi para casa (yo) y ellos 2 juntos.

Os cuento esto porque mi vida en el exilio es aburrida y el viaje ha sido genial. También por lo extraordinario de las situaciones: quienes me conocen y saben de mi vida afectiva y sexual (y habitual) saben lo pánfilo y célibe que soy. Y porque me parece que se anima el blog con estas andanzas; si os aburro, decidlo!

5 comentarios

cantamañanas -

Terminamos todos presos, los comentarios cada vez mas liberales y el mundo cada vez mas retro ¿que coño pasa?

AHHHHHHHHHHHHHHH -

AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH
AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH
AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH
ME muero de envidia, y yo creyendo que una escapadita en el EGO de mi tierra es algo memorable.
Si lo digo que donde este un zíngaro q se quiten toos.

Por cierto, que sepas que el Angyal ese, es la disco donde van todos los actores porno húngaros. De algo me tendría que valer la cultura pornomaniaca mia y el leer las horrorosas entrevistas de no se que revista cutre en London.

Pulguita -

No sé como has podido dejar pasar tantos días sin contar esta fantástica frivolidad sexual. Lo del novio ruso promete. El viernes me lo cuentas en el concierto de Xiu Xiu.

Amber -

me falta lo del novio ruso, que os cuento en directo

yosoyesa -

Pero si te has dejado lo mejor para el final...
te que deciros que el hombre español está triunfando en el extranjero, porque uno de mis compañeros tambien hizo la V en Escocia...