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La modernidad perdida

La modernidad perdida

El sábado noche, después de unos licores y muchas risas en argentino, el pequeño Cantamañanas dispuso sus pasos hacia el 8/2, no es que caminara sin rumbo, rápido y veloz iba al encuentro de un new seudo lover, fue fantástico, cuando recorres medio Madrid a las dos de la mañana para verte con quien sea, por algo será, pero una vez el la disco todo se dio la vuelta, vi despedidas de solteras en busca de la modernidad, modernas pasadas de moda, vi panolis, vi al PANOLI (creo que esto ya es muy significativo), exnovios mogollón, unos mas majos que otros, incluso alguno muy majo con el que me encantó charlar. Chicas modernas de provincias, acentos geniales pero en general nadie me hizo mucho caso, bueno miento alguien si.
Dentro de una modernidad un poco de mode, que por lo menos una persona te haga caso es guay ¿no?

¿se mueve?

¿se mueve?

¿o no?

Muerte al sueño madrileño

Este fin de semana mis amigas de Pamplona lo han pasado aquí, en Madrid. Son mis amigas de la infancia, y les veo dos veces al año: en navidad, en sanfermines y poco más. La mitad viven en Pamplona y la otra mitad aquí, aunque por poco tiempo, porque comienza a haber bajas.

Hace dos meses una de las madrileñas se cansó del estrés de la capital, cogió sus cosas y se volvió a Pamplona, dejando aquí a su novio y todo. Ahora vive feliz en casa de sus padres con un trabajo a media jornada y mucho tiempo para ella. Y no se arrepiente nada. Su novio acabará yendo para allá, porque ella no vuelve. Hoy nos acabamos de enterar de que otra pareja está a punto de volver a casa. Uno de ellos ha encontrado trabajo en Pamplona y se va en dos semanas. Ella lleva todo el fin de semana pensando en cómo va a decir en su trabajo que en semana santa se pira, con curro o sin curro, a reunirse con él.

Quedamos sólo dos parejas aquí. Una de ellas se acaba de comprar una casa (se la dan estas navidades), pero ella ya está pensando en una oferta que le han hecho en su empresa que le permitiría trasladarse a Navarra. La otra pareja somos SportBilly y yo. ¿El sueño madrileño se desvanece?

Si un día nos vamos ¿nos echaréis de menos?

¡Miedo me da!

¡Miedo me da!

Acabo de ver el cast de lo que será Every Word Is True, una película biográfica sobre Truman Capote, uno de mis preferidos. Lo comento:

Toby Jones, como Capote. Ni idea, aparte de un parecido evidente con el escritor en sus últimos años y que es británico, pues vale.
Mark Ruffalo como Perry Smith, uno de los asesinos de A Sangre Fria. En principio se lo iban a dar a Mark Wahlberg y, dado que en este caso los parecidos con los reales les importan un bledo, casi habría preferido a éste último. ¿Alguien imagina al guapísimo Ruffalo como un asesino? Yo no, pero quién sabe. ¿Habéis visto la de Richard Brooks? Es INCREIBLE y los actores son idénticos a los asesinos auténticos, incluso Capote se impresionó mucho al verlos. Yo ví una foto de Perry Smith hecha, creo, por Richard Avedon y ¡daba miedo! (y se parecía demasiado a Robert Blake, el actor, que al parecer también se cargó a su mujer… curioso)
Y el resto: Ashley Judd, Sigourney Weaver, Alan Cumming, Gwyneth Paltrow (como Peggy Lee) que se supone que lo harán bien, etc, etc, pero ¡Sandra Bullock, como Harper Lee! Ésta si que es buena: mira que es cutre y que gafa toda peli en la que sale…

¿Saldrán los amantes de Capote, sus escapadas a las saunas y su alcoholismo? Me da que no, que será un biopic televisivo del que el escritor, mentiroso eterno y compulsivo, probablemente estaría encantado. ¡Habrá que verla!

Nota: dedicado a un amigo de Pulguita, no recuerdo su nombre, que tenia una casa preciosa en Santiago de Compostela y que seguro que es el único al que le interesa esto tanto como a mi.

Disfruta Again

Disfruta Again

Bjork ha muerto simplemente porque va de diva y no lo reconoce, sencillamente quiere ser tan guay que lo ha conseguedido, pues mejor pa ella. Astrud ha hecho el mismo disco de siempre, pero me gusta, no han cambiado, quiza sea por eso.
Por lo demas sigo contento el HOUSE HA MUERTO de una puta vez. ERASURE, AVIADOR y los grupos de los 80 vuelven a star de mode. Esto tiene sus cosas buenas y malas, pero disfrutemos de las buenas, o sea que te las ponen en los sitios mas inesperados y por lo menos a mi, se me empieza a mover el cuerpecillo y comienza una sonrisa espontanea que no veas y antes no me pasaba. enjoy the silence. Ya no.

Los 90

Los 90

Hace mucho tiempo, con 17 años, a un amigo lo atropelló un coche. Allí donde ocurrió, Buenos Aires, creo que lo llaman carro… No fue grave pero el conductor, sintiéndose culpable, visitó a Javier y lo cuidó durante un tiempo. Tanto, tanto que se enamoraron y vivieron 7 años juntos: a la felicidad por la fatalidad como dirían otros.

Años después nos encontramos en Madrid y, al instante, hicimos buenas migas. Yo, con 19 y él, un viejo de 30, recorrimos bares y compartimos cubatas, taxis y locuras, huyendo de un armario en el que nunca debí estar. Descubrí Madrid y su gente, los besos de saludo entre hombres (que entonces me fascinaban y ahora me aburren), el intercambio de teléfonos (asombroso para un castellano como yo), los Cinestudios y las pelis que no había podido ver, el sexo y sus variantes… Nada era fantástico, pero todo era nuevo y lo disfruté así.

Después, se echó un novio rico (de verdad) y tuvimos cenas elegantes y divertidas en las que siempre fui el más pequeño, encantador y sonriente y rechacé algún que otro trabajo interesante. En ese bloque, creo que lo sabéis, vivía Gracita Morales y una vez coincidimos en el ascensor. Me moría de ganas de abrazarla y besarla pero creo que, por vergüenza, ni saludé. Con lo que nos habría gustado a ambos, ella en horas bajas y yo fan de toda la vida. Está escrito con letras de oro en Mis Oportunidades Perdidas, en cosas que pude hacer y no hice, una lista inacabada y estúpida.

Un día Javi desapareció sin dar explicaciones. Hablamos por teléfono, pero sin vernos un par de veces (esta es la parte triste de la historia). Me mintió sobre su enfermedad, tenía sida, y quedamos de nuevo, saliendo como en los viejos tiempos (yo usaba entonces una lentilla tórica, curioso). Meses después, me dijo la verdad (entre otras cosas tristísimas) y que volvía a Argentina en 3 días. Así que salimos, aparentando normalidad y nos despedimos como si fuéramos a vernos al día siguiente…

Un mes después, alguien me llamó y me contó que Javi había muerto, con 33 años. Por eso me he acordado de esta historia: con respecto a mi, el siempre fue un hombre mayor y ahora yo siempre seré mayor que él. Otra reflexión sobre el tiempo y la treintena, que tanto nos llama últimamente.

Elegí un mal momento para dejar las drogas.

Elegí un mal momento para dejar las drogas.

Puede que el pequeño Cantamañanas decidiera hace tiempo relajar las salidas y las entradas, pues la vida loca cansa como todo en el mundo.
Pero lejos de conseguirlo este puente ha sido, hijo predilecto del bar mas selecto del puto mundo el Jazz club.
Para entrar hay que ser supersocio, yo no lo soy, pero con un par de copitas y algo mas, uno puede ser una persona muy graciosa, rozando lo encantador. Soy amigo de P Pro ¿quien coño es ese? me decía el de la puerta, pues P Pro tío quien sino, aparta que me quitan el sitio de siempre.
Pues con esta cantinela he pasado dentro todos los dias, siendo en estos momentos la misclub de la zona o el mejor amigo del camarero.
También conquiste al de la puerta del after mas loco de la Latina, puerta negra, cerrado a cal y canto, contraseña, pues nada, con el cuento de que mi padre tenia una tienda en ese mismo sitio hace 20 años (totalmente verdad por cierto) me dejaron entrar, me invitaron a una copa y casi me hacen la ola mejicana.
Lo de dejar la noche es mala idea cuando uno tiene este carrerón en la nueva diversión madrileña de contraseñas y tonterías.

Take me out tonight

Take me out tonight

Así empieza un hit de toda la vida: “There is a light that never goes out”, de los Smiths. Amber y Melange estarán entusiasmados con este título. La verdad es que no sé si me apetece, no el título -que por algo lo he puesto- sino escribir. Hacer un resumen de todo lo que ha pasado durante estas últimas semanas estaría cargado de lo de siempre: trabajo estable y monótono, conciertos varios, salidas nocturnas hasta bien entrada la mañana con gente ajena a vuestras vidas y casi a la mía (esto es una novedad, eso sí) y un poco de tontería de la de siempre, que suele ser bastante. Y hoy, hoy estoy más por dar que hablar a los que nos tildan de flipados (sin acritud, por favor, no es más que un chascarrillo). Me apetece hacerme una paja mental, de esas que no arreglan el mundo pero lo llenan de palabras, quizás absurdas y sin ningún valor.

Esta mañana he leído que Isabel Coixet empieza el rodaje de su nueva película, que se va a llamar “La vida secreta de las palabras”. Como siempre esta mujer a vueltas con lo mismo, que debe ser una obsesión o paja mental de las suyas (también abundan entre las altas esferas culturales). Una vez más parece que la catalana se mueve en el terreno de lo que se hace y no se cuenta, el argumento gira en torno a unos personajes que esconden bastantes secretos, secretos que, por otra parte, salen a la luz en esta película y trastornan sus vidas. Un nuevo juego, similar al que planteaba en “Cosas que nunca te dije”, que no era otra cosa que la declaración de amor de una muchacha, quien después de ser abandonada por su novio le graba un mensaje con una cámara donde le cuenta todo aquello que no le pudo decir durante su relación. Gracias a esa cinta todos nos enteramos de lo mucho que le quería y sin embargo él, si no recuerdo mal, nunca llega a enterarse de nada. Algo parecido le pasaba a la protagonista de “Mi vida sin mí”, que se va de este mundo dejándole a sus seres queridos unas cassettes con consejos y mensajes para que los escuchen cuando ella ya no esté. Ambas películas me han removido más de lo que quisiera, sobre todo la segunda, porque una vez conocí a alguien que hizo algo similar. Así que tengo la certeza de que este nuevo proyecto de la Coixet me va a tocar la fibra de nuevo. Lo que no nos decimos a la cara probablemente sigue siendo lo más importante. Y el miedo a decirlo nos vuelve herméticos. Decía Alaska hace tiempo que cuando una persona se muere no sentimos pena por ella sino por nosotros mismos y sobre todo, por todas las cosas que no le hemos podido decir en vida (en muerte, ¿quién sabe si será posible volver a hablarle?).

Y regreso al principio, a ese “take me out tonight”. Coño, ¿os habéis imaginado alguna vez diciéndole eso a alguien? Traduciendo de aquella manera, dice Morrissey: “Llévame lejos esta noche, donde haya gente y haya música, ellos son jóvenes y están vivos, conduciendo en tu coche, porque yo nunca, nunca quiero volver a casa, porque yo no tengo casa ya”. ¿No os parece una de las mayores expresiones de libertad que hayáis oído nunca? ¿No es lo que hemos intentado conseguir tantas veces? Abandonarnos en brazos de cualquiera (con o sin coche) para huir de nuestra agobiante normalidad, con la esperanza de algo mejor… Entregarnos a ese momento sin importarnos lo que suceda. Y así continúa la canción: “Y si un autobús de doble piso se estrella contra nosotros… moriré a tu lado, será una forma celestial de morir”. Cada cual, por supuesto, que le dé su propia interpretación. Para mí es un pequeño gran ejemplo del “carpe diem”. No sé, quizás nos hacemos mayores (llevo unos meses dándole vueltas a lo mismo, esto ya empieza a ser una ralladura) y como decían en esa película que me gusta tanto: “ya no estáis para PAUSAS ni para ARREBATOS”. Creo que ahora empiezo a entender el significado de esta frase. Llega un momento en que a uno se le acelera el motor, y pisa el acelerador o se agarra a otro para que meta la quinta. Ya no hay vuelta atrás, para mí el STOP ha dejado de tener sentido, ya no quiero quedarme sentada a esperar. Y esto no quiere decir que aunque me mueva cambie algo, quizás sólo sea una vuelta en círculo que lleve de nuevo al principio pero no me da la gana de quedarme parada… básicamente porque no puedo. Y a la vez, al lado llevas la prudencia, que no es otra cosa que lo que te han enseñado los miles de palos que te has llevado, que algo se aprende, por mucho que repitas el mismo error durante años. Tenemos 30 años y sí, ya no estamos para arrebatos. Esto no quiere decir que se haya acabado el mundo, que no tengamos capacidad para emocionarnos ni dejarnos llevar por la locura, pero ahora, la voz de la conciencia, nuestro pequeño “pepito grillo” personal, nos susurra al oído con más claridad… Yo me subo en el coche, sin pausas ni arrebatos… ¿quién se apunta?

There is a light and it never goes out!!

Por qué a veces se me va la pinza

El viernes conocí a un loro llamado Rocky. Rocky habla. Dice "Rocky", que es su nombre, "Luisa", que es el de su dueña, "Cipri", que es el de la madre nonagenaria de la dueña, y luego dice "Ana Rosa Quintana Sabor a ti", porque se lo enseñó a decir Luisa, que es fans de la AR, y "Vivan los novios", que lo aprendió cuando se casó la susodicha. También dice "¿cómo hace el gato? Miau; ¿Cómo hace el perro? Guau, guau, guau", que se lo enseñaron en los ratos libres, pero sólo cuando no hay nadie delante, con lo que ¿para qué sirve?

La semana pasada fue un perro que sabía 200 palabras. Como el perro es alemán, contamos la historia con el de una compañera, que es un perro majísimo, pero no sabe tantas palabras y además acabó harto de nosotros. Aún así se portó bastante bien, corriendo en la dirección que le indicábamos y cogiendo una pelota en vez de otra.

El viernes serán unos tipos que crían pulpos, y que como les cogen cariño cuando los sacirfican lloran, y la semana que viene uno que hace la manicura a las vacas, y un mono que salvó de un incendio a la familia con la que vive. Otras veces, un lince tullido que vaga errante por Andalucía, un perro que esperó 12 años a su dueño fallecido a las puertas del hospital, y un chimpancé que se encontró a un señor por el monte y le cogió la mano.

Y así todos los días. Es verdad, no me aburro, pero a veces me apetece tener un trabajo más normal. Con esta rutina, ¿a quién le extraña que a veces se me vaya la pinza?

Cosas por las que me gusta mi ciudad

Cosas por las que me gusta mi ciudad

La gente: porque hay mucha y da vida. Sales y te tropiezas, te miran y miras. Parecen distintos, de muchos padres y madres. Están en los sitios y en tu casa y responden, en general, a tus sonrisas y preguntas. Nadie es de allí y lo somos todos: es un tópico, pero muy real y agradecible.

Bares y otros: La Chilostra (a pesar de), Los Guarros, El Nike, El Paseo Marítimo (a pesar de), La Angosta, El Gris, El Buffalino (mira que me gustó y lo abandonado que lo tenemos), el Rubble Action (por la otra noche: crucemos los dedos, que siga igual y no se llene de gente porque fue GENIAL), el Mho (por tiempos pasados), el Oui (el último anda un poco desangelado) y muchas tabernas donde siempre hay alguien acodado a la barra, ensuciando el suelo o viendo la tele. Ya me iré acordando de mas.

El metro: porque hay gente y es una caja de sorpresas para un ojo curioso. Me fascina observar a la gente e inventarme (o no tanto) sus vidas y citas, etc. Tampoco lo he sufrido demasiado (que puede ser horrible), por trabajo casi nunca lo he usado, pero incluso a esas horas me he echado algunas risas…

Para los de pueblo, una ciudad así es fantástica: no te pide ningún cambio de imagen (así vamos), ni peaje mental, solo un poco mas de tiempo para llegar a los sitios. Yo no me siento inseguro y siempre acompañado.

Las calles. Las hay feas y bonitas. Ahora recordemos solo las últimas.

La inmigración, sobre todo de ciertos países. Lo que ha subido el nivel en las calles desde que tenemos más extranjeros; el tema es largo, reconoced que queremos integrarnos más y mejor con ellos. Con los otros, más bajitos y no tan guapos: pues también. Que vengan y se queden.

Allí viven mis amigos, a los que quiero y me dan alegrías y disgustos (y viceversa) pero que no dejan de sorprenderme.

No estoy muy inspirado, había pensado sobre ello en estos días de blog escacharrado y ahora no se me ocurre nada. Ayudadme ¿por qué os gusta Madrid?

Angyal!

Angyal!

Después de un momento tenso entre K y yo (en realidad, el único de todo el viaje) nos perdimos buscando un tranvía al centro de Budapest. Preguntamos a un ángel con discman y a un chico en bicicleta que apuntaba hacía el río y repetía la palabra Duna y allá que nos fuimos.

Las vistas nocturnas desde cualquier puente u orilla del Danubio son espectaculares: preciosos edificios iluminados, testigos de un pasado más glorioso, barcos y amorosas parejas paseando. Si se conoce como el París del Este. Seguimos paseando entre hermosos hoteles art-deco, plazas, avenidas y vida nocturna, pegados a un mapa.
Comimos en un Mc Donnalds (lo único abierto a esas horas: nos lo dijeron unas chicas semitrompas y ultramajas) y encontramos la disco Angyal, oculta en un barrio muy tranquilo. Dentro era la locura: arriba, un café con escenario bastante tranquilo y, abajo, chicos tremendos sin camiseta bailando y bebiendo copas. Creedme: eran los chicos más guapos que nunca he visto, como un sueño erótico, un poco irreal: gente perfecta.

Y esto te lleva a: a) euforia y/o b) ¿Qué hago yo aquí? Mi ventaja en los viajes es que todo me da igual y unido al cansancio tremendo de todo el dia en tren, etc… ¡a beber y a bailar! Mención aparte merecía el camarero: físicamente más normal, pero con la sonrisa más sincera, encantadora y dispuesta para cada cliente, tan difícil en un sitio hasta los topes… Solo por él, aquello era lo más cercano al cielo.

Curiosamente la gente nos miraba. Un chico se dirigió a K, fascinado por su barba y nos hartó enseguida con estupideces varias y sus principios de borrachera. Era estudiante y modelo, aunque lo único bueno eran sus ojos ¡negros! Lo invitamos a una copa y nos escapamos lejos.

En la pista, los torsos desnudos bailaban house y, por fascinación y desidia, miré a uno, tremendo, tipo eslavo. K y yo dimos una vuelta por la antesala del darkroom y apareció el chico. Se metió dentro y lo seguí. Aunque se podía ver, me despisté mucho al entrar y alguien me tiró del brazo: era el. No podía creerlo, de verdad, así me fue. Después de unos besos y tal me preguntó qué me gustaba y yo, ingenuo, le dije que él. El: “This is a special night for me and I need someone to match with”. Entendedlo como queráis, pero creo que solo me estaba preguntando si yo era activo o pasivo. Si ya soy bastante lelo en estos temas, imaginadme allí y con tal maromo. Así que me agobié y salí corriendo. Durante un buen rato el chico se hizo el encontradizo por la disco pero yo estaba tan avergonzado que escapaba como podía. Total: perdí la ocasión de liarme con un chico, de esos que es imposible estar en un mismo espacio con ellos sin empalmarse (y hay muy pocos: pensad en alguno o alguna)

Bueno, que el resto estaban muy majos, sonrientes y abiertos y la pista bullía de gente con ganas de pasarlo bien.

Ya éramos menos cuando ví a otro, moreno, cuerpazo y con unos ojos oscuros increíbles, creo que de origen turco. Estábamos hablando cosas básicas y, sin avisar, escapó hacia la salida. Me quedé muerto, pero al minuto apareció indicándome por señas que lo siguiera. Pues eso, que nos entendimos perfectamente en un baño y además llevaba un perfume muy rico, pero me corté de preguntárselo. Nos despedimos rápido y mal y salí en busca de K, que estaba en el café con un chico. Itzvan me cayó mal, como cualquier veinteañero que va de moderno y sarcástico (a él tampoco le hacían gracia mis ironías). Se había tomado una rula y le gustaba K, pero apenas podían hablar y agradeció que yo estuviera como traductor (en broma sugirió que me fuera con ellos a casa, desesperado con el inglés de K).

Bueno, nos llevó a un bar (ya eran las 7) donde había chaperos inmensos, aburridos y dándose masajes en la espalda entre ellos. Hablamos de mil cosas, muchas risas con el malentendido entre hungary y hungry (que suenan igual) y taxi para casa (yo) y ellos 2 juntos.

Os cuento esto porque mi vida en el exilio es aburrida y el viaje ha sido genial. También por lo extraordinario de las situaciones: quienes me conocen y saben de mi vida afectiva y sexual (y habitual) saben lo pánfilo y célibe que soy. Y porque me parece que se anima el blog con estas andanzas; si os aburro, decidlo!

Cambiando radicalmente de tema

Siempre he pensado que este diario era para hablar de frivolides, y es lo que he hecho todo este tiempo. Pero hoy, y sin que sirva de precedente, voy a hablar del libro que acabo de terminar. Se llama El hijo del acordeonista y está escrito por Bernardo Atxaga.

Yo fui muy fan de Bernardo Atxaga de joven (qué horror, ¿ya no lo soy?). Entonces vivía la realidad que me rodeaba de manera más intensa, y de sus libros no sólo me gustaba la sencillez con la que contaba las cosas, sino cómo te introducía en un mundo con el que yo me identificaba de alguna manera. Pero de esto hace ya muchos años. Por lo menos seis.

Al parecer, tras la publicacion en castellano de El hijo del acordeonista algunos han despellejado a Atxaga al querer reducir la novela a un mero testimonio maniqueo de la realidad vasca. A mí me parece que lo que cuenta es el proceso de desarrollo personal de alguien que, tras vivir los primeros años de su vida en un capullo (como una de las mariposas de las que tanto habla en el libro), sale finalmente a un mundo exterior que no esperaba así. El peligro está en salir convertido en la mariposa que no quieres ser, o en la que los demás esperan que seas. Lo difícil es tomar decisiones que marcarán el resto de tu vida y de las que probablemente te arrepentirás. Y sobre todo saber que nada será como tú hubieras querido.

Pero independientemente de la lectura que cada cual quiera hacer, a mí lo que me más me ha sorprendido es la sensación de haber empezado un libro y haber acabado otro, de pensar que te están contando una cosa y de repente darte cuenta de que la historia va por otro lado. Casi un poco lo que debió de sentir el protagonista de la historia, cuando ya al final de su vida analiza con perspectiva el devenir de esta.

Viendo que empiezo a coger de nuevo carrerilla en esto de la lectura (no leo nada, lo admito. Veo mucho la tele, también lo admito), me he comprado el último de García Márquez, cuyo sugerente comienzo dice así:

"El año de mis noventa años quise regalarme una noche de amor loco con una adolescente virgen".

Probablemente después relea "Noticia de un secuestro", después de haber conocido de primera mano algunas de las cosas que allí se cuentan. La realidad a veces te pone los pelos de punta. Ya os lo contaré con calma.

Este si que es un cambio.Proximamente en tu cine.

Este si que es un cambio.Proximamente en tu cine.

En Berlín, un grupo de terroristas que están trabajando en una revolución gay. Su lucha armada empieza con un espectacular secuestro. La víctima se llama Patrick, hijo de uno de los banqueros más ricos de Alemania. Lo que no saben los secuestradores es que el rehén no tiene ningún valor, ya que el padre rechaza la homosexualidad de su hijo y decide no hacer nada por su descendiente “fracasado”. Gudrun, líder activista y seguidora apasionada de Wilhelm Reich, fuerza a sus camaradas masculinos a practicar sexo entre ellos.
Echadle un vistazo aqui

Yosoyesa y los escoceses

Yosoyesa  y  los  escoceses

Hola a todos, la escocesa mas dicharachera ya ha vuelto de su viaje de una semana que le ha parecido un mes. Como estoy segura de que me habéis echado mucho de menos, Os voy a contar algunas de las cosas que hemos visto.

Lo primero, dos apuntes: qué frío hace, oye, y qué carisisísima está la libra!!! Lo segundo, qué raros son los anglosajones, de verdad.

Nunca me había alojado en una guest house, ni en un B&B ni nada similar. Y me llamaron la atención varias cosas. Uno, la decoración. Y si no atentos a la lámpara con la que tuve que compartir habitacoión. Y dos, que son muy confiados. Cada vez que salíamos a cenar y regresábamos a eso de las 23h (no nos acostumbrábamos al horario inglés, y cenábamos siempre cuando estaban a punto de cerrar la cocina), la casa ya estaba en silencio y todos durmiendo, y nosotros entrábamos por una puerta lateral que estaba toda la noche abierta para que entrara cualquiera. Teniendo en cuenta que llevábamos material por varios millones de pesetas, el miedo a que nos desvalijaran estaba siempre presente.

Todo esto ocurría en un pueblo de la montaña igual que el de Doctor en Alaska y lleno de gente extremadamente polite (acababas harto de decir y escuchar ochenta veces “jeeelouuuu!!!” y que te dijeran otras tantas gracias, muchas gracias, y otras variantes). Allí pasamos cuatro largos días. Y bien contentos, porque el resto de la semana íbamos durmiendo cada día en un sitio. Parecíamos los Camela de Tournée por Escocia. Nuestro conductor era un pesao brasileño que se enfadaba porque le manchábamos el coche de barro. Normal, si vamos todo el día por el puto campo. Pretendía casi hiciéramos la vuelta con los pies en alto. Nos sacaba de nuestras casillas, pero al final nos dio pena decirle adiós.

El resto del viaje se dividió entre el lago Ness, la costa escocesa del mar de Moray, y último día en Glasgow.

Yosoyesa y el monstruo del lago Ness

Yosoyesa y el monstruo del lago Ness

El lago Ness es impresionante. Es negro, negro, y muy frío. Está a una temperatura constante de 6 grados. Y mide casi 40 kilómetros de largo. Imaginaos, como para encontrar al monstruo.

Con nosotros iba un señor que llevaba más de 30 años estudiando el lago. Tenía una barba blanca que le llegaba hasta el pecho. Cuando le vimos nos encantó, porque tenía la imagen perfecta para hablarnos de un tema así. Lo malo es que era demasiado prudente y muy científico, y claro, para lograr que dijera lo que queríamos (que sí había monstruo, o por lo menos que sí era posible que lo hubiera) nos hizo sudar.

Nuestro siguiente amiguito fue un hippy amante de los delfines que nos tuvo tros horas en una playa preciosa esperando verles aparecer. No vimos ni un delfín, ni uno. Y además pasamos un frío horrible. Como nunca. Eso sí, vimos un par de focas monísimas que merodeaban a dos metros de la orilla para ver qué hacíamos. Llegaban sigilosas, sacaban la cabeza a cotillear y para cuando querías grabarlas se habían zambullido de nuevo. Fue una imagen alucinante (para nuestra retina, porque no están grabadas).

Como los delfines no venían nos hicimos como 100 kilómetros buscándolos, subimos a un barco, navegamos dos horas y nada. Se ve que habían pasado por allí mientras nosotros estábamos muertos de frío en la playa. Así que nos volvimos con un reportaje de delfines sin delfines.

Yosoyesa y la fauna autóctona

Yosoyesa y la fauna autóctona

De los ocho que he estado en Escocia, pasamos cuatro días en Avimore, un pueblín de montaña donde vimos bichos alucinantes. Entre ellos, los que estáis viendo a la derecha. Unos bisontes que te cagabas de miedo, y que comían sin parar a sólo medio metro de nosotros. También conocimos una raza de ganado autóctona de allí que tiene mucho pelo y los cuernos muy desarrollados. Nada que ver con la vaca de Milka. Vimos a una gran manada de ciervos en plena berrea, los machos por un lado intentando pillar, las hembras que se nos acercaban para que les diéramos manzanas, y el macho dominante berreando todo el rato para controlarlas y que no se fueran con otro. Ese día, todos terminamos de acatarrarnos.

El último día viajamos temprano hasta el acuario más grande de Escocia. Allí J se metió en el tanque de los tiburones, y acarició rayas con sus manos. Luchamos contra una masa enfadada que se apelotonaba para ver a los buceadores, pero logramos ver cosas chulas. Cuando terminamos, corrimos a Glasgow y nos metimos una juerga. El hotel estaba en el barrio gay de la ciudad, así que fue como estar en la Omm pero con más horteras y gordos por metro cuadrado.

A la mañana siguiente, y a pesar de haber dormido poco, me desperté muy temprano convencida de que teníamos que currar. Hice la maleta y me fui a comprar algo especial para SportBilly. Dos horas más tarde ya estábamos camino del aeropuerto, donde tuvimos que pagar casi 50.000 pelas por exceso de equipaje. Volamos a Londres. Allí teníamos que enlazar con otro vuelo a Madrid. Cuando llegamos al mostrador de Iberia, el señor nos dijo impertérrito: “Su vuelo sale en 2 minutos. Está cerrado ya, así que yo que ustedes correría”.

Cogimos el avión por los pelos, pero estuvimos esperando una hora sentados antes de despegar. El equipaje por supuesto se quedó en Londres. Una faena para algunos, y un grave problema para otros. Cuando llegué a casa, cerca de las doce de la noche, a SportBilly le encantó su regalo. El resto está en la maleta. Así que tendréis que esperar.

Praga, 15 de Octubre, Noche

Praga, 15 de Octubre, Noche

Callejeando, los chicos de Praga nos habían parecido un poco insulsos; así que cuando entramos en el Friends no podíamos creerlo: todos eran guapos. En mi opinión, lo contrario a lo usual: en los bares gay siempre hay una estética petarda internacional bastante repelente, aún cuando las calles estén llenas de tíos macizos… ya sabéis que quiero decir. El Friends es un bar subterráneo, abovedado y en tonos rojizos, con una gran barra y 3 espacios seguidos y luminosos: un buen sitio para comenzar la noche, en el corazón de Praga.

Y eso hicimos. Mucha cerveza, despelleje de un español al que, súbitamente (de verdad), se le sentó un mozo inmenso y guapetón y se lo llevó a otros lugares (con mucha envidia por nuestra parte, K insinuó que el chico era chapero, pero estoy seguro que no, en un sitio como ese) y mucho oteo y despiste. Así que hablé con el pincha y le pregunté dónde podíamos ir después: en el TERmix había una fiesta de aniversario.

Anduvimos 25 minutos, atravesando avenidas y parques hasta dar con el club. Volvimos a asombrarnos de la gente (podéis verlos: tienen web y sacaron mil fotos, pero aún no están publicadas) y a beber cubatas. Me encantaba uno que no paraba de comer canapés, con unas orejas de soplillo tremendas… pero me sonrió otro (Eduard), bajito, rubio y de ojos claros (y brillantes: geniales) y allá que me fui. Hablamos de cuatro tonterías antes de besarnos y esas cosas. El caso es que, media hora después, empecé a aburrirme y me despedí a la francesa, sintiéndome muy culpable. Dos segundos después Eduard estaba abrazado a un descamisado colgado y atractivo, con lo que respiré tranquilo…

Y, de cabeza al Gejzee..r, un antro inmenso, con todas las prestaciones posibles y en el que éramos, como mucho, 10 personas. Un grupo de adolescentes desgarbados dijo algo al pasar frente a ellos. Poco después los encontré en los baños fumando maría y me uní al grupo. Fumamos y salimos todos en busca de K, que bailaba en la pista con el resto. Le presenté a mis nuevos amigos y salimos, camino al hotel. Rudy me hablaba y sonreía mucho y me hizo prometerle que iríamos a una fiesta el sábado, donde pinchaban dos de sus amigos… K, a lo bestia, le preguntó si yo le gustaba y Rudy, igualmente, dijo que sí y me agobié por no sentir lo mismo. No mucho, que era un tío muy majo, sonriente y tampoco le importó que no le hiciera mucho caso. De repente, de su bolsa cayó algo y se agachó a recogerlo: un bolso de lentejuelas. Se puso muy colorado y, por insistencia, nos comentó ¡que era drag-queen! y sacó el resto del atrezzo, bastante atrevido… Qué genial, me habría gustado verlo actuar. Bueno, nos acompañaron a la puerta del hotel, supongo que les caía de paso y quedamos para el sábado (no pudo ser, nos fuimos a Budapest).

¡Esa noche pude tener NOVIA!

Budapest, 19 de Octubre de 2004, 18:15

Budapest, 19 de Octubre de 2004, 18:15

Llegamos tarde, un cuarto de hora después de lo acordado. La cita era en Király, una terma medicinal del siglo XVI, y con T, un catalán muy majo que habíamos conocido la noche anterior.

El edificio exterior era una especie de mansión antigua de la que sobresalía una cúpula preciosa. Al entrar nos dieron una sábana y, una vez más, nos perdimos en los vestuarios, sin saber qué hacer con nuestra ropa ni con la sábana. T, que ya estaba dentro, la tenia atada de forma graciosa e intenté copiárselo, no sin esfuerzo. 2 segundos después tirábamos de ella y la abandonábamos definitivamente: nadie iba vestido.
Qué sensación: el estanque bajo la cúpula estaba lleno de hombres desnudos, mejores y peores, y en actitud clara y visiblemente lasciva. Nos metimos en el agua sulfurosa (con ese olor a huevo podrido tan típico) y asimilamos el panorama (por otro lado antierótico) de tanto homoerotismo agobiante y en un sitio tan genuino y precioso. Pensamos en tiempos antiguos y romanos, para darle sentido a la situación. Más tarde, T y yo nos echamos unas risas porque aquello nos recordó más a cocodrilos e hipopótamos en remojo, con el agua hasta la nariz, oteando el panorama en busca de caza.

Me escapé a la sauna y la encontré en un casual momento de sexo colectivo (que no me escandaliza, pero me pone muy nervioso: por puro pudor). Así que salí corriendo y miré en las otras salas del edificio, antiguas, bonitas y más calmadas que la sauna. En la piscina, K y T se habían separado y cada uno intentaba aproximarse a alguien. Reconozco que ya estaba relajado y la situación tenía su morbo, así que también me lancé a la piscina. T y yo coincidíamos bastante en gustos, pero es que no había mucho potable donde elegir (al revés que en la disco 2 noches antes) y casi nos dedicamos a alucinar con las escenas. No tiene sentido describirlas, podéis imaginarlo, ni contaros lo que hicimos o no hicimos (que esto no es un blog erótico) pero todo, y con el calor, estaba siendo cada vez más onírico.

Unos turistas americanos, veinteañeros, llegaron con bañador largo y champús y cremas…Entraron, vieron el panorama y salieron con el terror en sus caras. Y es que estos baños son famosos (aunque no son los del anuncio de Danone, que fuimos el día antes), salen en las guías, pero no avisan (incluso en la guia de T venía todo al revés, los martes para chicas) de lo que puedes encontrar dentro.

El remate llegó con la llegada de un viejo, encorvado y arrugadísimo, que se lanzó a incordiar entre risas y letanías a los que por allí andábamos, un personaje al parecer conocido por los asíduos. A mi me parecía salido del Bosco y pasé mucho miedo cuando se dirigió a mi y me dijo algo con su boca desdentada. Me sonó a maldición: ese viejo casi centenario parecía recordarnos con su dedo que todos tenemos que morir. Os juro que así lo sentí, pero igual era mi cabeza, atontada por el baño medieval.

¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste?

Últimamente me estoy dando cuenta de que ya estamos mayores. Sí, tú también pequeño Cantamañanas, y todos los que leen este diarioblog de intimidades. Aún así yo sigo empeñada en hacer más y más vida social, e incluso a veces, en conocer nuevas personas. También tengo la impresión de que mi vida gira entorno a un musical, o más bien, podría ser un musical. Me río yo de los dos soplagaitas que protagonizan "9 songs", la fallida película de Winterbottom. Otra vez será Michael.

El viernes por la noche, con muchas ganas de oír el relato de nuestro amigo con apellidos de RumaSA pero pocas de hacerle más pupita a mi pequeño y dolorido corazón, decidí "decepcionarle" como amiga e irme al concierto de unos ingleses llamados Hoggboy. Me acompañó mi pequeño Moco, que a pesar de sus grandes intentos por ser "enrollada" no pudo evitar provocar al poco de llegar al Moby Dick lo que más le gusta: una conversación de marujas. Si no fuera porque los chicos eran muy ruidosos aquello bien podría haber sido una de nuestras interminables charlas habituales de cafetería, pero allí lo que se imponía era el rock and roll y los decibelios. Hubo un poco de todo. A la quinta canción se bajaron del escenario porque el sonido era una full. Luego volvieron arrepentidos y nos obligaron a cantarle el cumpleaños feliz al batería, que debía rondar los 15 (en edad mental). Saludé a varios conocidos y desconocidos. Entre ellos, un chico, Nacho, que es amigo de un compañero de trabajo y tiene un programa de radio. Parece ser que él si me conocía e incluso me ha visto pinchar más de una vez en El Desencanto. Así que intercambiamos unas frases educadas y quedamos en vernos un día de estos. El muchacho me comentó que está interesado en que vuestra Pulguita participe en su programa alguna vez, así que ya os avisaré si hay que sintonizar algún dial. Entre berrido y berrido, también recibí una llamada sorpresa del "chico Visionlab", al que algunos conocéis de verle en la tele montado en un burrito con otros dos fulanos. ¿Le ponéis cara? Pues bien, este chico, que sirve para un roto y un descosido, y pertenece al mundo del celuloide incipiente, me invitó a ir a verle al Teatro Fígaro, donde ahora protagoniza una obra de teatro. Así que quedamos en llamarnos al día siguiente para decirle con cuantos amiguitos iría.

Luego llamé por teléfono a Melange pero me informó que ya estaba camino de casa, por lo que decidí meterme en un taxi y desaparecer. No me levanté de la cama hasta las seis de la tarde del día siguiente.

El sábado fue un día divertido, o más bien una noche, si tenemos en cuenta que el día me lo pasé durmiendo, cosa que tampoco deja de tener su gracia. Nos reunimos todos para ir a la fiesta que organizaba nuestro Sancho, al que vemos de pascuas a ramos desde que se fue a vivir y trabajar a Irún. De esa fiesta poco voy a comentar porque lo básico lo contó Melange hace unos días. Sólo añadiré que me gustó mucho el concierto de Delorean, unos pequeños !!! a la española, y digo pequeños porque a pesar de lo estrecho que era el local y lo cerca que estábamos del escenario yo no les vi la cara. ¿Alguno de vosotros tuvo el gusto? Eché en falta al Cantamañanas, que se lo hubiera pasado en grande, entre ese conglomerado de aficionados a la ropa Loreak, los buenos pelos y el surf, un puñado de modernos al más puro estilo "vaskito" que te hubieran hecho perder las bragas. Otra vez será. Hago un inciso para señalar que el termino "vaskito" lo hemos acuñado este mediodía la Lomo y yo para definir a un tipo de hombre en el que hemos puesto todas nuestras expectativas. A saber: chico del norte, sanote, deportista, con cierto aire intelectual pero moderno, serio, introvertido (lo que le hace proclive a irse de putas, según la Lomo, pero poco dado a ponerte los cuernos con tu mejor amiga... no estoy demasiado convencida de que esto sea una virtud), vamos, un primor y en consecuencia, la pareja ideal de cualquier chica con inquietudes en edad de merecer. Desde que la Lomo trabaja temporalmente al lado de mi curro los mediodías se me están haciendo mucho más llevaderos. Esta chica sí que sabe como hacerte reir.

Por último, comentaré que, gracias a la intermediación de Alvarito, muy interesado en cierta revista gratuita que regalaban en la fiesta, conocimos a un hombre "mítico", como le definen sus más allegados. Y por qué no, el típico muchacho al que la Lomo incluiría dentro del amplio espectro que constituyen lo que ella llama "vaskitos". Nuestro "mítico" hombre resultó ser un chaval con muchas virtudes capaz de conquistarnos con su conversación. Y hasta aquí puedo leer, hasta mi próxima intervención blogera. Así le damos un poco más de emoción a este seudoserial de colegas. Donde continuamos después de la fiesta y donde acabamos es algo que podéis leer en el capítulo de Melange. O sea, un poco más abajo.

Y por fin llegó el domingo, y con él una deliciosa comida con mis Paulas a base de setas, mazorcas de maiz y langostinos. Un menú típico de la familia de Puertacerrada que acabó en siesta de sus tres miembros y la tía postiza en el sofá. De ahí no me moví hasta que vino a buscarme nuestro amigo con apellidos de RumaSA para irnos a mi casa a ocuparnos de ciertos asuntillos laborales. A las dos horas ya estábamos en la puerta del teatro dispuestos a ver en vivo y en directo al chico Visionlab. Nos juntamos una docena y la obra resultó lo que más o menos esperábamos: una crítica de la juventud actual más floja que ácida. Tampoco nos disgustó (a la inmensa mayoría... porque Moco se fue echando pestes) pero hay que reconocer que Visionlab se sale con un pequeño y goloso papel en el que canta, baila, se desgañita y hasta trepa por las paredes. Un verdadero torbellino sobre el escenario. Este chico tiene futuro y tengo la corazonada de que antes de cinco años dará el campanazo como actor y director (su otra faceta). Por allí estaba también, Juanma Bajo-Ulloa, al que, y a pesar de todo, sigo adorando por haber conmovido mis fueros más internos en mi adolescencia. Puede que sea un talento echado a perder pero sus dos primeras películas siguen proporcionándome algunos de mis mejores recuerdos cinematográficos. Eso es suficiente para admirarle.

Al acabar nos quedamos esperando al chico Visionlab para darle la enhorabuena. Tengo que reconocer que a pesar de habernos conocido en circunstacias "extrañas" es un tío la mar de agradecido, que además ha tenido detalles bastante elegantes con vuestra pequeña Pulguita (de nada sirve recordaros el lamentable incidente del cubatita de hace unos meses, jejejeje). Luego, por la noche estuvimos intercambiando impresiones por sms y me pidió que os diera las gracias por haber acercaros a verle al teatro (que alguno hay por aquí). De lo que queda de semanita os cuento mañana, que por hoy ya he tecleado bastante. Por cierto Melange: o me pasas ya el programa para instalarme el Photoshop o estas pequeñas crónicas sociales me van a seguir quedando deslucidas sin una bonita estampa que las acompañe.

LAS COSAS CAmbian

LAS COSAS CAmbian

Parece que hemos dejado un poco aparcado el pornoclash. Y eso está bien.
Madrid se pone bien y ya lo decía yo: ha llegado por fin octubre.
El viernes nuestro amigo con apellidos de RumaSA, se estreno como literato.
No me ha dado tiempo a criticar su obra, así que lo hago en nuestro private blog.

Estoy muy orgulloso de él. Su primera obra cuenta una historia sencilla, contar algo sencillo, cotidiano, es difícil. Y él no aburrió, consiguió mantener la tensión hasta el final. FELICIDADES.
Luego, yo quería salir, después de pasar una semana bajándome todas las canciones que radiaron El Tomás y El Chema en la mañana y buscando las portadas y recortándolas, grabando DVDs y perdiendo el tiempo con cualquier otra cosa por el estilo. Pero no hubo manera. Todo el mundo estaba seta.

Menos mal que el sábado las cosas cambiaron. Después de llegar superpronto, a eso de las 22H, a una fiesta presentación de la nueva línea de zapatillas PONY -en la que nos atiborramos a canapés y algunos a vino Don Simón- y aguantar de pie dos horas en un concierto extraño de unos tal DELOREAN.
Menos mal que nuestra pandilla es amena y hablando y hablando se nos paso el rato. Por allí estábamos los de siempre: Rosiña, el de Córdoba, la de Sanlúcar, La Organizadora de la fiesta del año (o sea MATADOR) y Merche.

Cuando el calor nos echó de la sala, decidimos irnos pa LEKI .Qué buena decisión. Nos colocamos al lado de las escalera hacia el W.C., que estaba mas VIPs que nunca y la Coca no paraba de meterse por las narices de todos los del local. Era divertido verlos bajar y luego subir. Aquello parecia la Disneylandia del amor, sobre todo porque nosotros no parabamos tampoco de hacer el ganso.
Casualidades de la vida, pensabamos ir al Rubell y así por las buenas, nos pusieron en lista de puerta y nos ahorramos 15 euros. Lo del Rubell es otra historia e igual de divertida, pero tendréis que imaginarla. Deu.